lunes, 18 de mayo de 2015

Para pensar la posición adulta frente a los adolescentes....






Compartimos con ustedes este texto con la idea de invitarlos a leerlo y pensarlo sobre dos cuestiones:

 ¿Qué semejanzas y diferencias encuentra en la confrontación generacional actual
( con sus hijos) la que usted tuvo con sus padres?
Atendiendo a lo anterior: ¿Qué beneficios puede identificar en el sostenimiento y en el ejercicio de la autoridad afectuosa y responsable ?

Trabajo de sustitución generacional
El movimiento de sustitución generacional es un tema complejo que moviliza toda la estructura vincular entre hijos y progenitores, tiene a la confrontación como operación de impugnación y crítica de lo heredado, y si bien no puede  transitarse sin desafío ni apremio tampoco está exenta de angustia.
La confrontación no alude a una batalla aunque el odio esté en juego, y no se trata de una guerra aunque las trincheras sean necesarias: es una operación resultante de un tipo de vínculo entre padres e hijos basado en el reconocimiento mutuo, en el que la autoridad de los padres ha sido un hecho como también lo ha sido la apuesta de capital libidinal sobre los hijos.
La paradoja es que si todo ha ido bien se instalará un campo de malestar insoslayable ya que sus efectos benéficos no son visibles de manera directa ni inmediata.
Winnicot se ha referido ampliamente a la confrontación general y sus connotaciones en la organización adolescente destacando en ella la presencia de componentes agresivos y de ternura. Parte de la idea de inmadurez adolescente como elemento  esencial de la salud, que no requiere otra cura que el paso del tiempo, aunque resulte indispensable la función de  sostén de la familia y la sociedad. Crecer es un acto agresivo de  posesión de un lugar que se gana al otro, a través de la pelea. Cuando el niño se transforma en adulto lo hace  sobre el cadáver de un adulto. Sin la desidealización de los padres no es posible acceder a la instalación de la brecha generacional, y para ello es necesario el cuestionamiento de las certezas de los enunciados adultos. La evitación de la confrontación a través de la tolerancia o del autoritarismo equivale a la claudicación e implica el desmantelamiento del sentido de oportunidad. Si los adultos resignan la oposición, al adolescente no le queda otra alternativa que volverse adulto en forma prematura, falsa madurez por cierto no exenta de consecuencias. La supervivencia, en cambio, permite la paradoja de que solo un padre vivo se deja matar.
“Con la condición de que los adultos no abdiquen, podemos considerar los esfuerzos de los adolescentes por encontrarse a sí  mismos y determinar su destino como lo más estimulante que nos ofrece la vida. (Winnicot, 1968).”
                                            Adolescencias: trayectorias turbulentas, María Cristina Rother Hornstein




No hay comentarios:

Publicar un comentario